Las actividades extraescolares son muy beneficiosas para nuestros hijos siempre y cuando las escojamos bien. Estas hacen que se socialicen con otros niños, que se diviertan, que organicen su tiempo libre y desarrollen y/o complementen habilidades que en el colegio o en casa son más difíciles de adquirir.
Además, con ellas el niño conoce ambientes nuevos, distintos a la familia y el colegio, donde pasa la mayor parte del tiempo. Generalmente, las actividades extraescolares se desarrollan en grupo, por lo que son un lugar ideal para que nuestros hijos aprendan a trabajar en equipo y a socializar con otros niños.
Sin embargo, todos los efectos positivos de las actividades extraescolares pueden desaparecer si sobrecargamos a nuestros hijos con unas agendas tanto o más apretadas que las nuestras. Es frecuente escuchar casos de niños que, por ejemplo, van al conservatorio, juegan en el equipo de fútbol o baloncesto del colegio y además dan clase de pintura. El resultado: el horario de los pequeños está completo desde las 9 de la mañana a las 8 de la noche, desaparece el tiempo para jugar y ellos se saturan. No es una cuestión para tomar a la ligera: los casos de depresión y estrés infantil se multiplican cada año.
Por ello, tanto nosotros como nuestros hijos debemos tener claro que las actividades fuera del aula no son una obligación, sino algo para disfrutar. Por ello, lo mejor es que sea el propio niño el nos diga cuál es la actividad que más le apetece, dentro de las posibilidades que tengamos por horarios, precios, disponibilidad…
Cada vez hay más variedad en cuanto a actividades extraescolares se refiere, deportes, música, idiomas, artes…En cualquier caso, lo más importante es que nuestro hijo acuda a la actividad motivado, y que no tenga la sensación de que esta sea una “prolongación del colegio” o un lugar en el que le dejas mientras tú trabajas o atiendes otras obligaciones. Si el niño disfruta con la actividad elegida, seguramente sea él mismo el que te pida volver a apuntarse el próximo curso.
¿Cómo sé si debería apuntarle a esa actividad extraescolar? Si tu hijo cuenta los días para que llegue el martes y pueda reunirse con sus compañeros de violín, natación o teatro, has acertado a la hora de elegir esta actividad extraescolar en concreto. Si, por el contrario, tu hijo no disfruta de la actividad extraescolar elegida, y muestra ansiedad antes de ir a esta clase, sería importante cambiarle a otra actividad extraescolar. El niño no debería tenerla sensación de que la actividad extraescolar es una continuacióna las obligaciones académicas y al horario escolar, sino más bien una actividad divertida donde aprende mucho, está con sus amigos y se lo pasa bien.
Es importante que él decida. Los padres pueden explicarle cómo son las diferentes actividades extraescolares que podrá elegir. Puede que esté seguro de que quiera hacer una actividad, o puede que tenga dudas y en este caso podrá ir probando diferentes actividades hasta descubrir en cuál quiere perfeccionarse. Si no sabéis qué actividad extraescolar elegir, también podría ser beneficioso preguntar a su profesor qué actividad considera que sería ideal para él.
Posiblemente tu hijo no quiera una actividad extraescolar puramente académica, donde solamente aprenda, sino una actividad que le motive a hacer deporte, a aprender habilidades nuevas, a conocer a otros niños y a pasárselo bien.
También tenemos que recordar que apuntar a un niño a muchas actividades extraescolares de lunes a sábado es un error, pues el estudiante también necesitará profundizar en sus materias académicas, descansar y jugar con los demás niños. El rendimiento será peor si llenamos su agenda de actividades, porque tendrá estrés, cansancio y ansiedad.
¿Cuál le conviene a tu hijo y qué habilidades estimula?
Las actividades deben ser impartidas siempre de forma lúdica y amena. Desconfía de las clases rígidas o de los profesores severos. Recuerda que no es una obligación o un trabajo extra. Si puedes, visita la clase antes de apuntarle y fíjate cómo se imparte, habla con el profesor para que te diga qué método utiliza o con otros padres que tengan a sus hijos
apuntados a dicha actividad.
Para elegir bien la actividad, ten en cuenta una serie de consejos:
– Procura equilibrar la situación del niño al elegir actividad. En general, los niños pasan 5 o 6 horas en el colegio y realizan básicamente actividades sedentarias, por eso debes equilibrar la situación combinando actividades académicas (refuerzo escolar, inglés, etc.) con otras de ocio.
– No sobrecargues al pequeño. Cada pequeño tolera la actividad diaria de diferente manera. Los hay que pueden aguantar el ritmo de varias actividades extraescolares al día, mientras que otros se cansan sólo con una. Observa al niño,si detectas alguno de estos síntomas: se muestra nervioso, abatido y cansado, se queda dormido mientras cena, o le cuesta conciliar el sueño al irse a la cama, debes rebajar el ritmo diario de actividad.
A continuación, os mostramos un cuadro donde se pueden ver algunas de las actividades extraescolares más habituales indicadas para cada edad y las diferentes habilidades que se trabajan en cada una de ellas.
Extraescolares y Necesidades Educativas Especiales:
Hoy en día es fundamental mejorar las relaciones entre iguales y ayudarles a adquirir habilidades sociales y de comunicación. Para conseguir este objetivo las actividades extraescolares son una forma distinta a la formal de clase de conseguirlo y promoverlo. Y lo más importante es que van a disfrutar junto con el resto de amigos/as, monitores/as y de participantes. Las actividades extraescolares por tanto, proporcionan no sólo un incremento en la calidad de vida de los/as niños/as con necesidades educativas especiales sino también igualdad, justicia y oportunidades para todos.
Este tipo de actividades logran una formación plena ,promoviendo en el alumno con alguna necesidad especial un sentimiento de pertenencia al grupo, ayudando a conseguir que adquieran una mayor autonomía y responsabilidad en la organización de su tiempo libre, favoreciendo su autoestima . Además les ayudará a desarrollar la coordinación motriz, el esquema corporal y espacial , el autocontrol y la mejora de la movilidad en el entorno. Las actividades extraescolares trabajan procesos de atención, concentración y memoria para la mejora de la calidad de vida.
En los casos de niños/as que tienen dificultades para seguir el ritmo académico, las actividades extraescolares le dan la oportunidad de mejorar, potenciar sus habilidades e incluso de destacar respecto a otro/as niños/as de manera positiva.
RESUMIENDO :
Estos son los criterios básicos para elegir las actividades extraescolares.
1. Motivación ante todo: Puede que en un principio el niño sea algo reacio a participar en actividades extraescolares, por eso hay que motivarlo para que adquiera interés y vea la actividad como algo atractivo, ya que es totalmente desaconsejable que acuda por obligación.
2. Debe haber compromiso: Si bien no vamos apoder satisfacer los intereses del niño siempre, es importante escuchar cuáles son sus preferencias. Es decir, a la hora de escoger una actividad extraescolar debe haber consenso para que sienta que va por voluntad propia. Pero lo importante es que una vez hecha la elección, el niño se comprometa hacia la actividad, ya sea a través de un número de horas semanales o una duración en el tiempo.
3. Las aptitudes por delante: No todas las actividades se afrontan del mismo modo, como padres debemos tener en cuenta la edad del niño y valorar sus habilidades. Tiene que apetecerle, y sentir que está preparado. De no considerar todas estas variables, corremos el riesgo de que el niño desarrolle frustración hacia la actividad extraescolar y que ello repercuta en su autoestima.
4. Pregunta a los profesores: ¿Quiénes mejor que sus maestros para aconsejarnos qué aptitudes conviene que el niño mejore? A través de las actividades extraescolares puede reforzarse lo aprendido en el aula, desarrollar habilidades sociales, modificar la conducta… Por ello el profesor sabrá recomendar la actividad que mejor se adapte a sus necesidades.
5. La variedad importa: Ya sea simultáneamente o a lo largo de los años, no conviene que el niño experimente actividades extraescolares de un solo tipo, ya que se estaría desaprovechando la oportunidad de que experimente distintas dimensiones.
6. El factor tiempo: Recordemos que apuntando al niño a una actividad está realizando un esfuerzo temporal a mayores del que ya realiza en su horario escolar. Por ello, no conviene cargar su jornada con muchas actividades o demasiadas horas. Debería tener tiempo diario suficiente como para jugar con sus amigos, hacer sus deberes y descansar. A modo de indicador, los expertos desaconsejan invertir más de tres días a la semana en actividades extraescolares.
7. La logística no lo es todo: Aunque a veces nuestros horarios de trabajo pueden llegar a complicarnos la jornada y nuestra vida familiar, éste aspecto no puede ser el decisivo a la hora de elegir la actividad extraescolar del niño. Por tanto hay que tenerlo en cuenta, pero no puede ser excluyente.
BIBLIOGRAFÍA: