5 de septiembre de 2015

EMPEZAR DE NUEVO


Volver al curso no es volver. No es volver a la rutina de siempre, con las mismas tareas de siempre, las mismas obligaciones, las mismas dificultades, las mismas alegrías una y otra vez repetidas.

Volver es empezar de nuevo. Es crecer. Es descubrir nuevos mundos. Fijar la mirada en otro horizonte que se ha ido descubriendo al hilo del verano.

Volver supone para los niños este pequeño cosquilleo en el estómago que abarca desde la incertidumbre sobre los cambios (¿Cómo será mi nuevo Profe? ¿Habrán cambiado mis compañeros? ¿Y mi aula? ¿Es muy difícil este nuevo curso? ¿Y después de este Cole, qué?) hasta la ilusión más genuina por estar juntos de nuevo, estrenar mochilas y estuches, descubrir el lema de Valores de este curso o el horario de Educación Física, averiguar ya cuáles serán el día, el tema y la canción de la Fiesta de Navidad…

Volver para un educador/a supone unos cuantos retos: hacerse con el nuevo grupo, los nuevos horarios, los cambios de programa (los de la LOMCE, por ejemplo), trabajar con otros, empezar nuevos proyectos… Es, siendo digno/a de la confianza depositada, aliar el rigor profesional con la implicación personal para ante todo conseguir transmitir, a la par de los contenidos, algo de la esencia, algo de la llama, algo del sentido y de la ilusión por la Vida.

Volver es Vivir.

Al abrir la primera página en blanco del curso 2015/16, Profesores, Hermanas y Personal del Colegio Niño Jesús nos sentimos emocionados por esta oportunidad renovada de dedicarnos a lo nuestro, a enseñar y educar, a acompañar los pasos de nuestros alumnos/as, sus búsquedas, sus descubrimientos, sus logros.

Algunas convicciones nos animan en este camino:

·         Nuestro Carisma, un regalo

Desde sus inicios en España, la Congregación del Niño Jesús, con la Hermana Noël, la Hermana Magdalena y la Hermana del Rosario, quiso arraigar y difundir su Carisma de simplicidad, acogida, confianza, haciendo realidad el lema de nuestro escudo: “Sed como este pequeño”. 







El Niño de Belén es a quién acogemos, cada mañana, cuando abrimos las puertas del Colegio. Al Niño de Belén queremos parecernos viviendo desde la sencillez, la capacidad de maravillarnos, la ternura, la esperanza.

Ese espíritu  nos llevó, hace  ya más de 30 años, a acoger a nuestros primeros alumnos/as con dificultades de audición, con una progresiva especialización que ha hecho de nuestro centro un referente en integración, con todo el enriquecimiento que ello conlleva para tod@s.

·         Un equipo unido, formado e innovador

Como bien proclama nuestro lema, “Los edificios no educan, educamos las personas”. El tamaño reducido de nuestro Claustro, la amplia y variada formación y experiencia de los profesores, su arraigo en nuestro estilo educativo son nuestro mayor tesoro. 



Pasión por los niños/as y por su profesión, implicación personal, capacidad de diálogo, trabajo en equipo, curiosidad por experimentar y aprender, son las cualidades que han de seguir definiendo nuestra tarea cotidiana.

Este año nos lanzamos a la aventura de implantar un nuevo método de matemáticas, experimentaremos con “arts and crafts”, llevaremos a cabo un proyecto de interacción con nuestro entorno social… La ilusión es nuestro motor, así como el deseo de brindar a los niños experiencias auténticas,  variadas y enriquecedoras.

·         El Colegio somos tod@s

Ninguna labor educativa es posible si no colaboran, desde una voluntad de sinergia y armonía, todas las personas que están en contacto con los niños/as.

El Colegio es NUESTRO. De las Hermanas, de los Profesores, de los Niños/as, de Padres y Madres, Abuelos/as, Antiguos/as Alumnos/as, de los Empleados/as…

NOSOTROS hacemos juntos de este lugar un lugar para vivir, un lugar para aprender, madurar, compartir alegrías y penas, un lugar también para encontrarnos con Dios, un lugar que sea un hogar.



Si los niños/as son el centro de nuestra atención, las Familias son las primeras que permiten que el espíritu y los valores, al encontrar un eco positivo y un refuerzo en casa, sean vividos y transmitidos.

Todas las personas que trabajan en el Colegio participan también de la labor educativa aportando su profesionalidad y su calidad y calidez personal.

·         Convivir en un Centro pequeño, un lujo

El tamaño familiar de nuestro Centro permite que cada niño sea tratado y valorado día tras día como la persona única e irrepetible. A la vez, la convivencia fraterna y alegre de niños/as de todos los horizontes sociales, culturales, familiares,  siempre ha sido una de nuestras características y sigue siendo un punto de anclaje muy firme para nuestra labor educativa cotidiana.


Convivir supone aprender a situarse en la sociedad, en el mundo y requiere mirar, escuchar, entregar, renunciar, aceptar límites, respetar, aportar, ceder, enriquecerse…

·         Las normas, una necesidad

Una vida común armoniosa requiere de una reglas de funcionamiento conocidas, aceptadas y respetadas por tod@s. Normas firmes y un marco organizativo flexible y reactivo son elementos importantes para lograr los objetivos de aprendizaje tanto puramente académicos como sociales.

Resulta muy productiva y eficaz la colaboración de los niños/as, a medida que vayan creciendo, en el establecimiento de ciertas normas del aula, en el control de su cumplimiento, en la evaluación de sus beneficios. ¡No es raro que nos sorprendan por su austeridad y nivel de exigencia!



·         La alegría también educa: una visión positiva de lo escolar

Conseguir un clima escolar relajado donde cada niño/a se encuentre a gusto y pueda enfrentarse alegre y confiado a la tarea de aprender es un reto cada día. Supone ofrecer cariño auténtico, atención a cada uno/a, habilidades de observación, escucha, mediación, supone sobre todo haber conservado una mirada y un corazón de niño/a, capaz de ponerse en su lugar, y siempre dispuesto a maravillarse, ilusionarse, reír, cantar. Un corazón alegre, espontáneo, abierto a las sorpresas, al cambio.

En esta tarea no estamos solos. Sabemos que estamos en manos de “Quién sabemos nos ama” como dice Santa Teresa. Juntos, sostenidos por el Padre del Cielo, que quiere con locura a cada uno de estos pequeños/as que son la semilla del Reino, emprendemos esta andadura 2015/16.


¡Feliz curso!

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