1 de mayo de 2017

NIÑOS, REDES, SUSTOS Y PERFILES ONLINE

Para empezar, nada mejor que unas cuantas cifras para hacernos una idea de lo que hablamos cuando mencionamos en una oración el binomio “niños” y “presencia online”. Según datos de 2010 –es decir, que a día de hoy las cifras pueden ser aún más abultadas- los bebés de menos de dos años ya tenían una presencia digital más que notoria: un 93% en el caso de los infantes estadounidenses y un 73% en el caso de los niños europeos. Al decir “europeos”, la encuesta agrupaba cinco países: Reino Unido, Francia, Alemania, Italia y España. 




La presencia digital se refiere, principalmente, a fotos y vídeos compartidos con la sana –y en ocasiones cargante- intención de mostrar a amistades, familiares, etc., las monerías del bebé en cuestión. Pero no sólo se trata de vídeos o fotografías: en España, alrededor de un 12% de madres crean una cuenta de correo electrónico a su recién llegado retoño, más de un 7% les crea un perfil en alguna red social y un apabullante 25% ya ha compartido instantáneas de la criatura incluso antes de nacer puesto que las ecografías también circulan con alegría por las redes sociales.


Por eso, si la presencia online de las personas que estáis leyendo esto –seguramente mayores de 30 años, en su mayoría- abarcará los últimos doce o quince años como mucho, en el caso de los menores su huella digital puede comenzar con la ecografía que colgó su madre en Facebook y terminar en el infinito. 

Con estos datos delante, hay que contemplar dos factores nada desdeñables: 

Primero, que el curriculum digital es muy probable que acompañe a la persona durante el resto de su vida, con lo cual hay que tener cierto ojo con lo que se comparte, y evaluar las consecuencias que pudiera tener en el futuro. ¿Le hará gracia a nuestro/a hijo/a que el coscorrón que se dio con el columpio con tres años se haya hecho viral y siga siendo fuente de risas cuando tenga doce?

En segundo lugar, este globo digital de fotografías, vídeos, etc. debe hacer reflexionar a los progenitores sobre los ajustes de privacidad que tienen en sus redes sociales y el alcance que puedan tener los contenidos que comparten, incluida su localización. Lo que antes era una anécdota familiar conocida por cuatro allegados ahora puede convertirse con facilidad en algo al alcance de cientos, miles o incluso millones de personas. La seguridad al 100% no existe, y menos en internet. Si dudas sobre si compartir o no alguna información sobre tus hijos/as en la red, la misma duda te da la respuesta: no lo hagas.


22 de marzo de 2017

EL IMPACTO DE LA ALIMENTACIÓN

Si nos preguntáramos: ¿Para qué nos alimentamos?, seguro que responderíamos:

Para tener la energía que se requiere para hacer las funciones vitales. Que es lo que aprendimos cuando lo estudiamos.

¿Qué pensaríais si os dijera que hay alimentos, o formas de alimentarnos, que nos quitan la energía?

Según las investigaciones recientes, se sabe que puede haber una relación directa entre la reducción de capacidad de análisis, la somnolencia, la pérdida de memoria, la dificultad para aprender, la ansiedad, la depresión, la irritabilidad, la fatiga y el insomnio con no tener una nutrición adecuada.

LA GLUCOSA

El azúcar es la gasolina de nuestro cuerpo. Si no tenemos este combustible, no tenemos energía para funcionar. Para que funcione correctamente tiene que mantener unos niveles constantes de glucosa, que se pueden obtener de los hidratos ingeridos o de las reservas, almacenadas, parte de ellas, en forma de grasa en los músculos, por el exceso de azúcares ingeridos. Porque los azúcares se transforman en grasa en nuestro organismo. 

A casi todas las personas nos gustan los alimentos azucarados por varios motivos: 

Nos encanta su sabor, nos sentimos eufóricos al llenarse nuestra sangre de glucosa, nos reduce el apetito y nos aportan energía rápida. Todo esto estaría muy bien si no fuera porque, el azúcar crea un déficit de vitamina B, de algunos minerales y oligoelementos. Así mismo, debilita los huesos al elevarse la excreción urinaria del calcio, la alta concentración de glucosa disminuye la capacidad defensiva de nuestros glóbulos blancos, favoreciendo la infección de bacterias y parásitos.

La ingesta de azúcares provoca variaciones en el estado de ánimo:


Los azúcares pasan a la sangre aproximadamente a los 30 minutos de su ingestión, y la sangre tarda unos 180 minutos en volver a sus niveles normales de glucosa con ayuda de la insulina.

En este ciclo hemos pasado de una hiperglucemia con un alto estado de excitación física y psíquica, a un rebote hipoglucémico, que nos lleva al cansancio físico y a cierto grado de depresión mental. Lo cual nos incita a tomar estimulantes (o más azúcar) que causarán otra hiperglucemia, iniciando de nuevo el ciclo.

Estaría bien observar la cantidad de azúcares que ingieren nuestros niños y cómo puede influir esta ingesta en sus estados elevados de excitación o por el contrario de hipotonía.

Durante el tiempo de descanso a veces se observa que los alumnos traen almuerzos con bollería, golosinas o panes refinados. Quizá estemos contribuyendo con esta alimentación a su falta de concentración, decaimiento o excitabilidad en las horas posteriores al recreo. 

Para que el cerebro funcione bien necesita niveles constantes de glucosa en sangre. 

¿Cómo lo conseguimos? Tomando hidratos que vayan liberando los azúcares de forma progresiva . Por ejemplo ingiriendo cereales integrales que contienen fibra, vitaminas, minerales y almidón. En cambio los refinados solo contienen almidón.

Los hidratos de carbono más beneficiosos para el cerebro son los vegetales.

Por lo tanto, una fruta o unos frutos secos para el almuerzo sería muy aconsejable e ir sustituyendo el pan refinado por el integral. Las frutas además, son ricas en vitaminas, ácido fólico y magnesio, que también son clave para el buen funcionamiento de nuestro cerebro. 


Mantener nuestro organismo un periodo de tiempo largo sin la ingesta de glucosa, además de ser peligroso, el estado de hipoglucemia, impide que funcione nuestro cerebro, porque no tiene combustible.

Por eso es muy necesario que los niños desayunen. Tienen que "funcionar". El rendimiento se verá afectado sin el aporte de energía necesario. 

Hay infinidad de opciones de desayunos alternativos según el gusto o la tolerancia a los distintos alimentos: 

Una pieza de fruta, una rebanada de pan integral con un chorrito de aceite de oliva, unos frutos secos, especialmente nueces y almendras, ricas en calcio etc.

Dando el tiempo y las condiciones necesarias se crea el hábito.

LOS ÁCIDOS GRASOS ESENCIALES

Los ácidos grasos esenciales 0MEGA 3 Y OMEGA 6 no los produce nuestro organismo, los tenemos que ingerir.

Forman parte de la composición de todas las células. Con ellos se producen hormonas que influyen en la construcción de las neuronas y en la mielina que envuelve los nervios, reducen la inflamación cerebral y potencian el sistema inmunitario.

El 60% de nuestro cerebro es grasa, por tanto, tomar grasa es bueno.

La carencia de grasas afecta a :

- Cómo pensamos (inteligencia)

- Cómo sentimos (estado de ánimo)

-Trastornos de déficit de atención

-Depresión

-Fatiga

-Déficit de aprendizaje


Esto es muy importante en la vida mental.

Se ha relacionado el déficit de estos nutrientes con ciertas alteraciones en la salud. Por ejemplo, una dieta pobre en OMEGA3 puede agravar los síntomas de la hiperactividad, la depresión o el insomnio, por el papel importante que desempeñan en el sistema nervioso estas grasas.

Se pueden tomar como complementos o con alimentos.

Alimentos ricos en OMEGA6: Aceites de semillas, aguacate y frutos secos.

Alimentos ricos en OMEGA3: Pescado azul, nueces, semillas de lino y de chía. En menor cantidad, en legumbres, semillas y frutos secos.

NUTRIENTES INTELIGENTES

Son los antioxidantes. Los antioxidantes evitan los radicales libres. Éstos son átomos o grupos de átomos que cuentan con un electrón que no está aparejado. Se produce una inestabilidad que se trata de equilibrar robando electrones a otro átomo que se convierte a su vez en radical libre, lo cual da lugar a una reacción en cadena ocasionando daños en la membrana de las células, pudiendo producir una mutación celular, si golpea una molécula de ADN.

Los radicales libres se producen cuando el alimento es metabolizado pero también pueden venir del ambiente: alimentos excesivamente fritos, exceso de exposición solar, contaminación ambiental, el humo del tabaco etc. 

Es necesario que los radicales libres sean controlados por los antioxidantes.

Los radicales libres no son intrínsecamente malos. De hecho, nuestro propio cuerpo los fabrica en cantidades moderadas para luchar contra bacterias y virus. Los radicales libres producidos por el cuerpo para llevar a cabo determinadas funciones son neutralizados fácilmente por nuestro propio sistema. El problema para nuestras células se produce cuando se da un exceso sostenido (durante años) de radicales libres en nuestro organismo.

Los antioxidantes son sustancias que liberan electrones en la sangre, que son captados por los radicales libres y se vuelven así moléculas estables. Evitando las consecuencias que ellos producen: envejecimiento y otras enfermedades.

El consumo de vitaminas C, E y el Beta Caroteno y de los minerales selenio, zinc, manganeso y cobre contribuyen a evitar el aceleramiento de la vejez y previenen el desarrollo de enfermedades producidas por la oxidación. Estas vitaminas y minerales se encuentran en alimentos como: zanahoria, mango, tomate, melón, espinacas espárragos, brócoli, moras, pimiento verde, kiwi, limón, fresas, coliflor, coles de Bruselas, naranja, nabo, carne, pescado, cereales integrales, frutas del bosque, productos lácteos, té (principalmente té verde) y en el vino.


Es importante consumir de todos los tipos de estas vitaminas y minerales, ya que son específicos, es decir, nos protegen de determinados radicales libres y no todos sirven para combatir a todos.

Evitar las consecuencias producidas por los radicales libres depende de llevar una vida sana, sin consumir o estar expuestos al tabaco y tener una dieta libre de grasas saturadas.

Información recogida del Dr. Mario Alonso Puig. Médico en cirugía general y del aparato digestivo

12 de febrero de 2017

TRES IDIOMAS MEJOR QUE DOS

Con el avance de la sociedad y de un mundo cada día más exigente, los idiomas pueden llegar a ser  una parte fundamental de nuestra vida laboral. No existe entrevista alguna en la que no te pregunten si sabes idiomas o si has viajado al extranjero durante un largo período de tiempo. Los idiomas son una forma eficaz de comunicarnos en cualquier país y, si nos podemos defender en varios idiomas, siempre será mejor que en uno solamente. Por ello, son cada vez más las familias que, conscientes de que vivimos en un mundo globalizado y que no para de crecer, ven en los idiomas una puerta importantísima hacia la comunicación y la tolerancia.
El tema de los idiomas es uno de los más actuales y estudiados por todos, y cada vez se defiende más la postura de que todas las personas deberían hablar su lengua materna, un idioma vecino y un tercer idioma internacional. Para la gran mayoría, el idioma internacional será el inglés. 

El multilingüismo te da acceso al mundo. Los países donde su idioma principal es hablado por relativamente pocas personas, se dieron cuenta de esto hace mucho tiempo. Países como los Países Bajos, Suecia, Noruega, Dinamarca y Finlandia poseen algunas de las tasas más altas de multilingüismo en Europa. Por el contrario, países con un idioma oficial dominante que tienen un gran número de hablantes nativos, no han sido tan proactivos en la promoción del multilingüismo. Gran Bretaña, Francia, Portugal, Italia y España están por debajo del promedio europeo en términos de multilingüismo.


Son muchos los colegios que ya ofrecen bilingüismo en la actualidad pero hoy, vamos a defender la teoría de que tres idiomas son mejor que dos, sin centrarnos en el bilingüismo como tal, ya que ahora mismo este tema está envuelto en una gran polémica sobre si mejora la educación o la frena. Vamos a defender que aprender idiomas de una manera más libre, sin tener mas asignaturas en Inglés, Francés o cualquier otro idioma, que la propia del idioma, es bueno para los niños. Algunas personas pueden pensar que llevar un modelo trilingüe a los sistemas educativos es difícil o que los niños no se adaptarán bien, pero la verdad es que no es así. El oído se acostumbra, los niños asumen que hay mas idiomas y que cada clase tiene su finalidad y, finalmente, estos niños agilizan su lenguaje y se adaptan para salir del colegio hablando sin problemas tres idiomas diferentes. 

Ejemplo de ello es nuestro colegio “Niño Jesús” que, sin ser bilingüe o trilingüe, los niños desde pequeños no solo aprenden tres idiomas diferentes, sino que incluso, aprenden cada día el lenguaje de signos gracias a sus compañeros con discapacidad auditiva que forman parte del alumnado. En nuestro colegio Niño Jesús, valoramos a los niños y su forma de aprender, no creemos en grandes gastos para que un colegio lleve el titulo de “Bilingüe”, si no que lo enseñamos de una manera natural, con profesorado nativo en francés dando clases especificas del idioma y con inglés como otra asignatura más dentro del centro. Los niños así aprenden tres idiomas pero no se enfrentan al reto de tener que dar otras asignaturas en diferentes idiomas, si no que a cada asignatura se le da su importancia y se la respeta como tal.

Muchos padres se hacen la siguiente pregunta: ¿Hasta qué punto es bueno que los niños aprendan un segundo idioma desde pequeños?, a la que rápidamente podemos responder que es una excelente idea, ya que como se suele decir, los niños de pequeños son esponjas que todo lo absorben. Gracias a eso los niños no tienen dificultades al pronunciar ni al aprender los idiomas que les estén enseñando, es más, se les va quedando en su mente, lo van racionalizando y organizando en su cabeza, con lo que además de ir absorbiendo cada palabra y cada pronunciación, estos niños maduran y se sienten más responsables sin darse cuenta, ya que de una manera totalmente intuitiva van:

· Organizando sus pensamientos.

· Diferenciando idiomas, situaciones, profesores y horas de clase.

· Guardando mucha información en sus cabezas sin apenas darse cuenta.

Es muy normal en las aulas de Infantil en las que se imparte tres idiomas ver a niños controlar el español sin problemas y después, hablar en inglés a la profesora de francés y en francés a la de inglés, todo ello siempre viene acompañado de una risa y de una rectificación casi instantánea por parte del niño o niña. Están ordenando sus pensamientos, distinguiendo situaciones, adaptándose. Con el paso de los años, esto desaparece totalmente y da paso a la seguridad y al gusto por los idiomas.

Siempre podemos pensar que a un niño se le puede dar mejor un idioma que otro y que con el tiempo puede perder el gusto por ellos o incluso, abandonar de manera definitiva uno de ellos pero se dice que el futuro es de las personas que hablen tres idiomas y para ello las bases hay que asentarlas desde muy pequeños. Cuidando las bases y sin agobiarles con otras asignaturas en otros idiomas, los niños no solo conocen tres idiomas, si no que además, conocen tres culturas diferentes, ven como son, qué ofrecen, monumentos, formas de vida, personas,… Todo ello contribuye al enriquecimiento del niño, la mayoría coge gusto por viajar, por intentar practicar el idioma en otros lugares y por intentar desenvolverse y ver si es capaz de ello. Con ello, consigue hacerse más tolerante, abierto y ve el mundo de una forma diferente y a los que viven en él.

Cuando salen del colegio es cuando viene la hora decidir qué hacer con los idiomas aprendidos: ¿Les olvidan? ¿Siguen estudiándolos? ¿Escogen solo dos de ellos? Como en todas las decisiones, habrá algunos que vayan por la vía fácil y los olviden pero habrá una gran mayoría (que ya empieza a haberla en la actualidad) que tiendan a seguir formándose y a intentar no olvidarlos, ya que salen del colegio con muchísimo ganado, hablando tres idiomas con bastante fluidez y eso no se olvida fácilmente.


A continuación podéis ver las ventajas y desventajas de aprender dos idiomas o más:

Ventajas de Aprender un Segundo o Tercer Idioma: 

Capacidad de Aprendizaje Disponible: posiblemente casi todos los padres piensan: ¿Cómo va a poder aprender mi hijo otros idiomas si apenas domina su propia lengua nativa?. Como os decíamos antes, esto no os tiene que preocupar. Los niños, sobre todo los más pequeños, tienen la capacidad necesaria para aprender dos o tres idiomas desde edad temprana. 

Es una gran ventaja laboral para el futuro y una ventana abierta llena de posibilidades: ésta, sin duda, será una de las principales ventajas de cómo personas mayores y maduras podemos percibir si un niño crece dominando 2 o 3 idiomas desde pequeño, ya que el futuro que se abre ante nosotros es cada vez más competitivo. Seguramente logrará perfeccionarlos antes de cumplir su mayoría de edad y además, esto le ayudará en sus estudios universitarios a abrir muchas puertas de trabajo e incluso, posibilidades de estudiar en el extranjero. 

Mayor Comunicación y Cultura: estudiar y aprender un segundo o tercer idioma desde pequeños les abrirá nuevas puertas al conocimiento, ya que podrá encontrar y entender la información que podemos encontrar en la actualidad en inglés. Además, toda esta información se les podría pasar por alto a las personas que no dominan el idioma pero un niño que domine el inglés, por ejemplo, adquirirá ese conocimiento de una forma natural, como si se tratara de su lengua nativa, lo que provocará en él que culturalmente se magnifiquen sus conocimientos. 

Desventajas:

Por supuesto lo fácil sería decir que aprender un segundo y tercer idioma solo tiene ventajas pero incluso para un niño que aprende otro idioma, no todo son ventajas. Existen pequeños detalles por los cuales un pequeño porcentaje de los niños puede presentar dificultades: 

Nadie más habla el otro idioma: es importante a la hora de elegir como padres los idiomas que va a estudiar vuestro hijo, que seáis conscientes de cual son vuestras posibilidades y qué rendimiento va a poder sacar. Aprender varios idiomas y que no puedan practicar con nadie alguno o ninguno de ellos, pueden hacer perder la motivación o el interés por aprender los otros idiomas. Podemos plantearnos aquí también que muchos padres se encuentran en la tesitura de no saber ningún otro idioma que el suyo propio nativo y no saber cómo poder ayudar a sus hijos en esos idiomas, pero a día de hoy esto no es problema, ya que podemos encontrar mucha información que nos puede ayudar y respaldar, desde videos, conocer amigos o amigas nativas que nos puedan ayudar, charlas, intercambios...

Conclusiones:
Las ventajas y desventajas de aprender un segundo idioma a temprana edad, son muy diversas pero si en algo estamos todos de acuerdo, es que aprender dos idiomas o más tiene más ventajas que desventajas. Si queremos obsequiarles a nuestros hijos con un futuro brillante, tolerante y multicultural, debemos invertir en los idiomas.

¿Qué tendríamos que hacer para empezar a motivarles? Principalmente y como ingrediente fundamental hay que apoyarle y animarle a seguir adelante.

Por todo ello, si buscas en Valladolid un colegio familiar, donde se enseñen tres idiomas y además, se aprenda lenguaje de signos gracias a la integración de los niños en el aula, económico, donde se enseña con cariño y amor, no dejes de venir a visitarnos en nuestras puertas abiertas los días 6 y 20 de Marzo a las 16:00 horas.

9 de febrero de 2017

ADMISIÓN DE ALUMNOS - 2017/18


Se puede consultar en el siguiente enlace, la normativa de Admisión de la Junta de Castilla y León:

NORMATIVA DE ADMISIÓN

De especial interés y concreción es el la Resolución de 19 de enero de 2017. que podéis consultar y/o descargar desde este post, así como el Calendario de Admisión.

La Información relativa a las UnidadesTerritoriales de Admisión (UTA), será accesible desde el siguiente enlace a partir del 17 de febrero.

UTA Y TIPIFICACIONES

Y a continuación podrán acceder a la información sobre Vacantes y Criterios Complementarios en cuanto se publique:

VACANTES Y CRITERIOS COMPLEMENTARIOS

El impreso de solicitud también se puede descargar aquí:

IMPRESO DE SOLICITUD

RESUMEN DEL CALENDARIO: PROCESO ADMISIÓN 2017/18
  • Recogida de solicitudes de admisión: del 16 marzo al 5 abril
  •  Publicación de listados de baremación: 10  de mayo
  • Presentación en el centro de subsanación de datos y reclamaciones web del 11 al 15 de mayo
  • Publicación de listados de adjudicación de plaza escolar : 23 de junio

MATRICULACIÓN DE ALUMNOS/AS
  • - Ed. Infantil y Primaria: del 23 al 30 de junio
  • - ESO y Bachillerato: 23 de junio a 11 de julio
PLAZO EXTRAORDINARIO DE MATRICULACIÓN
  • Del 1 al 4 de septiembre para EI y EP.
  • Del 7 al 11 de septiembre para ESO y Bachillerato

5 de febrero de 2017

EL DEPORTE ESCOLAR

Elegir un deporte a practicar es una tarea ardua y complicada en el caso de que en casa no se practique ningún tipo de actividad física y/o deportiva.


Los beneficios del deporte y la práctica de actividad física están más que demostrados. La mejora física, psíquica y social del ser humano es evidente y favorece el proceso de crecimiento en la etapa infantil. Resulta más interesante para un padre, comprobar que su hijo o hija está implicado en la práctica de una actividad física en la adolescencia y que su grupo de amigos también esté integrado en ese ámbito. El movimiento y la actividad físico-deportiva tienen implícitas una serie de funciones que resultan bastante interesantes. 
  • Función de conocimiento: las actividades motrices hacen que el niño en este caso, tome conciencia de sí mismo. 
  • Función anatómico-funcional: con la práctica de actividades motrices se producen mejoras evidentes en nuestro organismo. 
  • Función estética y expresiva: todas las actividades físicas llevan implícitas estas características. 
  • Función comunicativa y de relación: es claro que requiere una comunicación con los semejantes. 
  • Función higiénica: respecto a la adquisición de hábitos saludables. 
  • Función agonística: ya que el ser humano necesita demostrarse a si mismo lo que vale. 
  • Funciones catártica y hedonista: con la liberación de tensiones. 
  • Función de compensación: importante para evitar el grandioso sedentarismo que nos rodea. 

Los medios de comunicación suelen ser el peor ejemplo de lo que es el deporte saludable. Es difícil erradicar esta idea, ya que los propios adultos nos dejamos llevar por estas tendencias. Si nos fijamos en los ejemplos que promocionan los medios de comunicación nos vamos a llevar un disgusto, ya que, nuestro hijo, muy probablemente, no va a ser como ese ídolo de masas que arrasa en las principales televisiones y medios de comunicación. Lo más factible es que nuestro hijo se lo pase bien, juegue, se divierta y aprenda sobre el deporte que practica. Seguramente de mayor siga practicando ese deporte de forma amateur y le sirva para tener buenos hábitos saludables. Aprenderá a trabajar en equipo, respetando a los demás, tanto compañeros como rivales, aspecto que no se aprende en los libros pero que es fundamental a la hora de trabajar con más gente. 

De vez en cuando, algún niño destaca en el deporte escolar. Cuando esto sucede, en muchas ocasiones, el propio entrenador será quien nos comunique que ese niño puede valer para una práctica más seria a nivel deportivo. Hay que tener mucho cuidado en como gestionar esta realidad. Puede, simplemente, que el niño destaque por un desarrollo madurativo, bien físico o bien intelectual. Puede que realmente sea un futuro deportista excepcional y deberemos fomentarlo y apoyarlo. Hay ocasiones en las que las federaciones de los diferentes deportes tratan de fichar niños que destacan para jugar en las diferentes selecciones. Lo más aconsejable es hablar con el entrenador o coordinador deportivo para que nos informe y nos aconseje como padres. No debemos jugar con las ilusiones de nuestros hijos. 

Lo primero de todo, y aunque parezca evidente, es hablar con el niño y preguntarle. En muchas ocasiones la respuesta que nos dé, será la más conveniente.


¿Qué ofertas existen? Existen multitud de propuestas para niños y para diferentes edades (fútbol, baloncesto, balonmano, judo, zumba, ballet, aerobic, body combat…) Es importante tener en cuenta la edad del niño a la hora de elegir y decidir un deporte o actividad física. En este sentido, existen diferentes tendencias críticas. Una de estas corrientes habla sobre que la especialización temprana no es buena para el niño, y plantean el multideporte como la mejor opción. Es decir, tocar todos los deportes por encima sin centrarse en ninguno en concreto. Probablemente, esta es una de las mejores opciones cuando el niño no tiene ninguna preferencia deportiva. Si el niño tiene muy clara la actividad física que quiere practicar, es bueno que le apoyemos y al mismo tiempo le demos a conocer otro tipo de actividades físicas y deportivas. 

¿Qué puede suceder cuando elegimos un deporte? Pueden ocurrir varias cosas. A groso modo se pueden resumir en 3:
  • Que el niño disfrute del deporte, con lo cual, el objetivo está conseguido.
  • Que no se lo pase bien. Entonces hay que tener cuidado de que el deporte no se convierta en una tortura para el niño, el padre, la madre, el entrenador y el utillero, entre otros.
  • Ni le va, ni le viene. sucede también habitualmente. En muchas ocasiones el niño se considera parte del grupo y eso es muy positivo para él. En este caso, normalmente también se cumple el objetivo.
Por otro lado, ¿Qué es lo que realmente queremos conseguir con que nuestros hijos practiquen una actividad deportiva? La respuesta más rápida y más escuchada es que mi hijo se lo pase bien y disfrute. Pero sería más correcto que tuviese uno hábitos y rutinas que le sirvan para la vida cotidiana. El deporte requiere un compromiso, una disciplina, requiere orden y organización, trabajo en equipo (en el caso de los deportes colectivos), sacrificio, colaboración, respeto hacia los que le rodean y hacia los materiales e instalaciones… Todos estos valores son muy importantes y fundamentales para la vida.

¿Deporte individual o colectivo? Ambas opciones son válidas, cada niño debe encontrar el deporte que más le conviene y el que más le guste. Este debe ser duradero en el tiempo, ya que, si nuestra intención es que el niño practique un deporte o actividad física en su vida, nada mejor que aquel que sea duradero en el tiempo, es decir, que le cree hábitos y ruinas, y por supuesto bienestar personal.


Los deportes individuales favorecen el autocontrol y la disciplina normalmente, ya que exigen un alto grado de destreza con las habilidades propias de ese deporte. Por otro lado, si el niño no tiene preferencia por ningún deporte, es recomendable uno colectivo, puesto que el factor social y desenvolverse en grupos de amigos a estas edades es muy importante.

¿Cómo practicar un deporte?

Lo primero de todo no tiene que ver con la indumentaria, ni con el calentamiento, ni nada de eso. Lo más importante es el compromiso. Todo lo demás es secundario. Sin esta premisa, cualquier objetivo que nos planteemos no llegará a buen puerto. El compromiso suele estar asociado a los hábitos y las rutinas y este aspecto puede llegar a consolidar un hábito de vida saludable que perdurará en el tiempo. En el caso de los niños generará autodisciplina y autocontrol, que favorecerá su autoestima y su integración social. Los padres tienen que ser partícipes en este aspecto. Cada vez más los niños no acuden a los entrenamientos con excusas como, tengo que ir al centro comercial a comprar…, he quedado para hacer un trabajo…, tengo que pasarme el nivel del juego de la consola…, tengo mañana un examen… 

¿Tienes mañana un examen y vas a estudiarlo hoy? ¿En la hora del entrenamiento? ¿No has tenido tiempo antes? Estas situaciones cada vez son más comunes. ¿Qué clase de compromiso tiene el niño? No es nada positivo, ni para el niño, ni para los padres (sobre todo si es consentida esta actitud) ni para el entrenador, que pierde toda la confianza en el compromiso del niño y de los padres.

Cuando a un niño, que le gusta un deporte, le animamos y le enseñamos que esto requiere un compromiso relacionado con la organización de su tiempo libre, tenemos conseguidos muchos objetivos deportivos y también sociales. Le estamos enseñando a ser ordenado, a tener hábitos de higiene, a programarse, a ser responsable, a ser educado, etc.


¿Cómo debe ser la actitud de los padres? Evidentemente estos tienen la última palabra y deciden sobre el niño y lo que más le conviene. En ningún caso el padre debe influir en ninguna decisión deportiva y mucho menos verbalizar cualquier opinión delante del niño. Nuestras decisiones deben ir encaminadas a reforzar las decisiones del entrenador y como mucho instruir a nuestro hijo para que sea educado y tenga un comportamiento excepcional. Para nuestros hijos, el entrenador es ese ídolo, esa persona carismática, que sabe todo sobre ese deporte. Dentro del campo de juego es más importante que los propios padres y debemos ser conscientes de ello. No debemos dar instrucciones sobre como jugar ya que seguramente el entrenador lleve tiempo planificando la formación deportiva de los niños.

A modo de conclusión, el deporte es uno de los elementos más importantes en la vida de nuestros hijos. Crea hábitos y rutinas, fomenta el autocontrol y la autoestima, favorece el desarrollo físico y psíquico de los niños y mejora las relaciones sociales. Pero una cosa está clara, no debemos forzar al niño a que practique el deporte que nosotros queramos, no le tenemos que amargar su tiempo de ocio. Tener el objetivo claro con la práctica deportiva, encontrar los profesionales que tengan nuestra misma idea del deporte en edad escolar y acertar con el deporte más apropiado para nuestro hijo, son las claves del éxito en esta búsqueda.

15 de enero de 2017

PACIENCIA, ATENCIÓN Y GOMINOLAS


Este experimento, llevado a cabo en la Universidad de Stanford en los años sesenta, era en apariencia bastante simple: sentaban a un niño frente a una gominola tentadora y se le explicaban unas reglas muy sencillas. Podía comerse la chuchería en el acto o, si esperaba a que regresara el investigador resistiendo el impulso de devorarla, le darían dos en lugar de una. También tenían la opción de tocar una campanilla, y el adulto regresaría en el acto permitiéndole comer la gominola. Una solamente, no las dos prometidas si conseguía esperar.



Este tipo de experimentos –centrados en el estudio de la demora de la gratificación- se han repetido desde entonces en diversos centros y países y, además de divertidos vídeos que muestran la lucha interna de las criaturas frente a la dulce tentación, ofrecen interesantes reflexiones posteriores.

La mayoría de los niños del experiemento de Stanford no resistían la espera: algunos se zampaban el dulce en cuestión de segundos; otros conseguían aguardar una media de dos a tres minutos, o terminaban por tocar la campanilla en un breve lapso de tiempo; solamente un treinta por ciento conseguía resistir hasta que el investigador regresaba (unos quince minutos después). Se peleaban con el deseo de la golosina, pero conseguían aguantar.

La curiosa reflexión vino con el tiempo: Walter Mischel, el profesor de psicología que había llevado a cabo los experimentos – con más de seiscientos cincuenta niños, incluidas sus tres hijas- estableció, de forma casual, una correlación entre los resultados académicos posteriores y el tiempo de espera frente a la chuche. Con los niños ya convertidos en estudiantes de secundaria, estudió los datos de una serie de tests y encuestas que volvió a realizarles y los resultados fueron bastante claros: el grupo de los “impacientes” presentaba más problemas de conducta, tanto en casa como en el instituto, peores notas, relaciones sociales más dificultosas, más problemas de atención y una gestión del stress deficiente frente al grupo de los niños/as “pacientes”.


Lo que Mischel y su equipo quisieron destacar con los resultados de sus estudios es el error de colocar la inteligencia como elemento diferenciador del posible “éxito” académico/vital –cosa que se ha hecho durante años- y remarcar que el intelecto está sometido al autocontrol y depende en gran medida de él. La habilidad fundamental para salir exitoso de la prueba de resistencia a la gratificación es una adecuada “colocación” de la atención. En lugar de obsesionarse con la gominola, los niños/as pacientes se intentaban distraer de ella canturreando canciones, tapándose los ojos, etc. Las ganas de comerse la chuche seguían presentes, pero intentaban despistarlas. “Si te pones a pensar en la gominola y en lo rica que va a estar, al final te la comes. El truco reside en evitar pensar en ella” remarca Mischel.

Y ¿cómo mejorar esa estrategia de demora? Porque el experimento no tendría mucha utilidad si no se pudieran extraer de él algunas enseñanzas, tengas cuatro años o cuarenta. Mischel descubrió unos sencillos trucos mentales para ayudar a los niños a resistir; simplemente el ejercicio mental de imaginar que la gominola es en realidad un dibujo ayudaba a pasar de treinta segundos de espera a los quince minutos oficiales. Una vez que nos damos cuenta de que la fuerza de voluntad depende de que aprendamos a controlar nuestra atención y pensamientos, podemos empezar a trabajar con ella y a mejorarla.


El problema es que estos pequeños atajos mentales tienen una utilidad corta si no se convierten en hábitos: un truco momentáneo lo haces en cinco minutos pero instaurar un hábito llevas meses o incluso años; Mischel insiste en la importancia del papel de los padres y madres en esa consecución estableciendo rutinas que animen y recompensen la espera y la paciencia. De acuerdo a sus recomendaciones, los rituales más típicos y tópicos de la infancia tales como no picotear antes de las comidas, intentar ahorrar algo de la propina, esperar en la mesa a que todo el mundo termine (o a que todo el mundo esté sentado antes de empezar a comer), etc son buenos ejercicios de entrenamiento cognitivo.  Así, nos enseñamos a nosotros mismos a pensar para ser algo más espabilados que nuestros deseos más inmediatos.

Para Mischel, el experimento de las chuches es un buen indicador de la fuerza de voluntad porque nos enfrenta a nuestros impulsos; en otras palabras, si puedes aprender a controlarlos, “podrás hacer los deberes aunque en realidad lo que te apetezca sea ver la televisión, o ahorrar algo de dinero para la jubilación. No todo tiene que ver con las gominolas”